domingo, 21 de junio de 2009

Violeta II

Al darte cuenta de mi lucha interna, al fijarte en que estaba tomando consciencia de tu sutil dominación y del inicio de mi lucha independentista, radicalizaste tus métodos: “Tómalo todo, es tuyo...” Y una vez que lo consumí, que alcance el clímax de tus cimas, creí haber logrado dos objetivos a la vez: poseerte e independizarme de ti. Pero tenías el as bajo la manga.

Siempre queremos más... mientras haya más. Te hiciste la vencida, pero lentamente me fuiste mostrando otras cimas en el horizonte... más de ti de lo que creía conocer. Todas inaccesibles.

Te apartaste de mis montañas conocidas, y apartaste también toda mi compañía femenina... amigas, novias, conocidas... a todas ellas las trascendiste, de todas ellas te deshiciste. Pero te quedaste conmigo, tentándome, probándome... “tengo mas cimas para ti, nuevos éxtasis, más”. Libido, adrenalina, alcohol... lo conociste todo de mí, y los mezclaste a tu antojo.

Maldita libido, maldita adrenalina. ¿Qué somos sin ti? ¿Qué soy sin poder tenerte, Violeta? ¿Por qué siempre acompañas a otros? ¿Por qué no a mi? ¿Porque me guiñas el ojo y me sonríes desde lejos? ¿Por qué bailas fuera de mi alcance, desnuda, sólo para que te vea? ¿Por qué no me dejas tocarte? ¿Por qué sólo me dejas un leve roce con la punta de tus cabellos? Tu fragante cabello... ¿Por qué el juego del gato y el ratón? Maldita libido, maldita adrenalina, maldita insatisfacción...

....

Sin embargo Violeta, me dejaste abrir los ojos, y con ellos conocí la psicodelia, mi psicodelia, esa que a nadie debo, esa que es mía y para mí. Y la amo. La había olvidado... siempre me acompañó, pero nunca la vi porque siempre me fijé en ti. Hoy te prometo que nunca me olvidaré de ella, que la cuidaré y será parte de mi vida por siempre.

Por tanto, no puedo mas que agradecerte todo Violeta, aunque por ti me haya meado en mis pantalones.


1 comentario:

Anónimo dijo...

un texto que ha dejado atónita, pues me ha gustado mucho; tus dudas, tus lamentos...hay mucho que dices en esas palabras...y también hay mucho que callas. sinceramente un aplauso a este texto. me gustó

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