Recurrencia al Infinito

Es la misma situación, pero con tiempo de por medio. Vuelvo a tropezarme con la misma piedra. Recurro y recurro a una tentación inexistente. Recurro a mi afición por el infinito. El tiempo, infinito como el solo, siendo botado a la basura por mi, mediante tu apatía.

Tengo que admitirlo, estoy encerrado en esta nebulosa de arena porque siento algo por ti. No me quita nada aceptarlo. Estoy harto de que juegues tus juegos conmigo. Harto de que me cortes con el mismo cuchillo. Pero sigo cortándome contigo, porque tal vez siento placer con tus heridas.

El tiempo se detiene por un momento. Veo una imagen nueva y decido perseguirla. Pues si espero por ti creo que moriría y ni te importaría. Sigo estando harto de tu comportamiento infantil, y no es que el hecho de dedicarte estas palabras me hagan un ser muy maduro, todo lo contrario, estoy harto de caer como un infante también en tus juegos tontos, así que tengo una idea.

Es muy sencillo, ya lo verás con el tiempo, por ahora solo llámalo: "Un ensayo acerca del romance"; y ese ensayo mi querida amiga, puede resultar en la crucifixión de nuestra relación, para librarnos del pecado original.