domingo, 9 de diciembre de 2007

Concierto en Eb para piano y orquesta



El piano ya no suena. Las notas se han ido, el impromptu que acompaña mi sentir esta detenido. Talvez no sea muy tarde para interpretar esta melodía sentimental, pero ya no encuentro de que manera esperar.

Semicorcheas abrazan el latido de ese corazón, mientras la prisa de un silencio se atina en un nuevo comienzo. La noche se ilumina de la luna media y mis ojos velan la luz de una y treinta.

Si hubiese querido este cielo estuviese encendido ante mi, viendo mis dedos mover, pero el piano ya no está, no hay razón para interpretar una vez mas la orquesta de mi voluntad, las teclas polvorientas y mis venas de tu sangre sedientas.

El pequeño compas de una nueva marcha, no tan fúnebre como el feretro que deja la marca, pero tan oscuro como la sombra al lado de este muro. Una polonesa de alegría, olvidando algún triste día.

Si de vez en cuando oyes mi nocturno espero que sea tu sonrisa la que recuerde viejos rumbos. Talvez un vals quieras bailar, pero mis dedos deben ocupar este piano viejo que ya no tiene lugar, si algun dia me encuentras al lado de el, sabrás que por ti cualquier cosa haré volver.

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