miércoles, 29 de julio de 2009

Violeta III


Se desnudó en mi cama, yo me arrodillé en el piso, ella me lanzó la almohada, yo agradecí el sacrificio de mi alma atormentada en ese cuerpo divino, y me olvidé en la nada.

Ella me invitó a tomarla, y yo seguí mis instintos, mis memorias se borraban, iba perdiendo los juicios de mi mente enmarañada, sólo escuchaba suplicios, pinceladas en porcelana...

Sólo me dejé caer, ella sabe que... sólo me dejé caer...

Me despierto en la mañana, y ella ya no está conmigo, no hay recuerdos nada, ella no deja vestigios, y la soledad me embarga, vuelvo otra vez a mis juicios, ni siquiera “hasta mañana”...

Me asomé a la ventana...
Ya no queda nada...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sencillamente genial^^ enhorabuena.

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